El Family Cash Alzira ya tiene un nuevo integrante para afrontar la segunda parte del campeonato liguero. Más que nuevo, viejo integrante, porque se trata de Kiko Llorens Castellanos, conocido como «el rey de los amagos», que descolgará las botas para ayudar en la parcela ofensiva del conjunto de Braulio Correal a partir de enero.
Después de dos décadas de fútbol sala y con un campeonato de Tercera División en la vitrina, Kiko puso fin a su carrera. Era 2018. El alzireño, que había sido un jugador clave en la historia del club, muy carismático y querido por la afición, se despidió entre lágrimas de un Palau d’Esports que festejaba el ascenso a 2ª B.
A sus 46 años, Kiko Llorens, que seguía vinculado al equipo, cambia la ficha de delegado por la de pívot, para poder aportar su conocimiento y experiencia dentro del 40×20. En el documental Ganes de Més aseguró que «pagaría por jugar», un deseo que le llega de la manera más inesperada posible.
«Siempre he sentido que el fútbol sala es parte de mí, y aunque los años pesan, las ganas pueden más. Estoy listo para dejarme la piel por estos colores una vez más», afirma emocionado por su regreso a las pistas. El grito de «Kiko-Balón» recargará su eco que aún perdura entre las gradas del Palau d’Esports.
Tenía solo 20 años y había aterrizado en Alzira tras un discreto paso por Mengíbar. Joan Miguel Piris (Culllera, 2002) llegó al Family Cash Alzira en la temporada del ascenso. A medida que pasaron las jornadas, el cullerense aumentó el minutaje de juego y, en la recta final de la temporada, se consolidó como un prometedor cierre.
Debido a la situación meteorológica y las deficiencias en la cubierta del Palau d’Esports, el partido contra Ibiza de la J22 podría disputarse en otra ubicación.
