HISTORIA del ALZIRA FS

El Alzira Futbol Sala se fundó en la temporada 85-86 por un grupo de aficionados que jugaban en la importante liga de empresas existente en la capital ribereña y que decidieron participar en competición oficial. El primer año de existencia, el Alzira FS se proclamó campeón de Provincial y subió a Nacional. 

A finales de la temporada siguiente, en la que el equipo estuvo cerca de la promoción de ascenso, llegó Distrito 10 con la intención de encontrar en Alzira el público que no tenía en Valencia para salvar la categoría de División de Honor (actual 1ª División).

Sus dirigentes trasladaron definitivamente el equipo a la capital de la Ribera Alta donde participó un total de tres temporadas en la máxima categoría, en la que se consiguió la permanencia deportiva. A pesar de ello, se acabó vendiendo la plaza por problemas económicos.

Empezó, entonces, una etapa con ausencia de fútbol sala masculino. La sección femenina tomó el relevo con una alta notoriedad y consiguió hacerse con dos ligas y dos copas autonómicas en este periodo. Además, su presencia en la competición permitió mantener el número del Club.

A finales de siglo, la representación masculina volvió al club de buena manera: fue campeón de la liga y de copa. El equipo ascendió a Nacional B.

En solo dos años, con Manolo Díaz en el banquillo, el equipo consiguió el título de liga y ascendió a Nacional A. Un total de ocho temporadas estuvo el conjunto de la Ribera Alta en la categoría de bronce, actual 2ª División B, donde llegó a conseguir un segundo y un tercer puesto.

Con la vuelta a la 3ª División, el Alzira FS volvió a situarse en los puestos altos, con otro subcampeonato y dos terceros puestos.

Ya en 2016, la nueva directiva encabezada por Vicente Fontana inició el proyecto bajo el lema #EssènciaAlzira, con la intención de recuperar antiguos jugadores de la casa que se habían dispersado por otros equipos cercanos. En la primera temporada en Tercera División, el equipo acabó en la zona media.

En la temporada siguiente, la 17-18, Braulio Correal volvió al banquillo donde empezó su trayectoria como entrenador en 2010. El equipo llegó líder a las últimas jornadas, a pesar de haber caído en todos los encuentros frente a el segundo y el tercero.

El Palau d’Esports se llenó de ilusión el 25 de mayo de 2018, en el último partido de liga que el Nítida Alzira disputó ante CA Favara, que terminó con una clara victoria por 5 goles a 1. El Nítida Alzira se alzó con el campeonato de liga 18 años después, con el correspondiente ascenso a 2ª División B.

Quedó encuadrado en el grupo II, correspondiente a la zona norte, lo que supuso la acumulación de una gran cantidad de kilómetros y pernoctas. La premisa para la temporada era clara: conseguir la permanencia en la categoría de bronce. A mitad de temporada se alojó en la primera plaza y ya no lo abandonó.

El equipo alzireño celebró el primer campeonato de liga de 2ª División B de su historia tras imponerse con un marcador de 1-4 al Laskorain de Tolosa. La promoción de ascenso llevó al equipo hasta las Islas Canarias para enfrentarse al equipo de La Gomera, donde encaminó la eliminatoria con un 3-8, para luego certificarla en el Palau con un 5-2.

La primera temporada en la categoría de ‘Plata’ estuvo marcada por la pandemia. Si bien, hasta marzo, al equipo le costó arrancar. La victoria en Santiago de Compostela de la segunda jornada quedó eclipsada por un periodo de escasez de triunfos que se extendió hasta la décima jornada.

La victoria ante UA Ceutí en el Palau sirvió para que los de Braulio despegaran. Hasta la suspensión de la competición de mitad de marzo, los alzireños no perdieron ni un solo partido en casa, ganaron en la cancha de un UMA Antequera líder e invicto y, aun siendo recién ascendido, competían sin complejos ante cualquier equipo.

Sin saberlo, el Alzira FS cerró la temporada el 29 de febrero con un empate a dos en Móstoles. Una campaña que no tuvo descensos y, por ende, se “consiguió” la permanencia Segunda División.

El verano de 2020 también tuvo un evento importantísimo en la historia del club: el cambio de patrocinador. Tras cerrar la etapa con Nítida, que dio nombre al equipo hasta la fecha, Family Cash entraba de manera ilusionante como main sponsor.

Aún marcada por la pandemia, la temporada 20-21 arrancó con un formato atípico de grupos, en la que el Family consiguió la salvación. En la 21-22, con la permanencia amarrada, el Family Cash Alzira se atrevió a mirar más arriba y se clasificó para disputar el Playoff de ascenso a 1ª División.

Ganó en el Palau, con la pista gris de la RFEF por 3-2 a UMA Antequera, pero cayó de manera cruel en la vuelta en el tierras andaluzas con un gol a pocos segundos del final.

Tras quedarse a las puertas de la final, el club hizo un cambio de imagen, presentado en un evento con todos los patrocinadores. En liga, las jornadas pasaron y el equipo se volvió a clasificar para la promoción de ascenso. Las derrotas en las dos últimas jornadas no invitaban al optimismo, pero llegó la magia.

En la ida de la semifinal, el Family se impuso en A Malata a O Parrulo Ferrol con una llamativa victoria. El Palau d’Esports se ilusionó con el pase a la final, pero el conjunto gallego, forzó el tercer partido en la tanda de penaltis.

Los de Braulio Correal volvieron a ganar en A Malata y, en 48 horas, tenían que regresar a Galicia para visitar Burela. El partido volvió a dejar una nueva huella de epicidad. El Family mantuvo las tablas heroicamente, a pesar de jugar los dos últimos minutos de la prórroga en inferioridad. Sumó el primer punto de la final en la tanda de penaltis.

El club colgó el cartel de ‘Sold Out’ dos días antes de la gran final. El Palau d’Esports se llenó y vivió de primera mano la última dosis de magia que aún quedaba por consumir. El marcador reflejó el 0-0 inicial durante los 45 minutos y 59 segundos que se disputaron (entre reglamentario y prórroga) antes de que estallará la euforia.

La tanda de penaltis asomaba. Peiró desbarató la última ocasión de Burela, Porky la puso rápidamente en juego, un rebote le cayó a Joan, asisitó a Sena y este, de primeras, la clavó a falta de 0,2 para que las 3000 almas del Palau se levantaran cual resorte y empezarán a cantar eso de: “es de Primera, Alzira es de Primera”.

Para empezar, Movistar Inter. Los primeros veinte minutos en la máxima categoría fueron muy esperanzadores. El Family se puso 1-5, pero en la segunda parte los locales le dieron la vuelta al marcador. La victoria no llego hasta la jornada 14, en Manzanares. En la que, popularmente se comenta, que la visita de la mascota Dril a San Judas el día anterior tuvo algo que ver.

La victoria en casa ante Inter, antes de Navidad, llenó de optimismo al Family, que poco a poco empezó a meterse en la lucha. Llegó vivo a las cuatro últimas jornadas, algo por lo que Dril volvió a San Judas para dar las gracias. Los alzireño cayeron ante Ribera en el Palau en un partido clave y las esperanzas de permanencia se diluyeron.

Con todo, en el penúltimo partido de liga, un gol de Naranjo a falta de ocho segundos permitió que el equipo viajara con vida a Sevilla para enfrentarse al Betis. Con vida y con 200 soñadores que se cruzaron la península para presenciar el partido en la grada. A pesar del desenlace trágico, esa tarde quedará marcada en la historia.